martes, 10 de diciembre de 2019

PROCESO DE OCUPACIÓN DE LA AMAZONIA

                                      PROCESOS DE OCUPACIÓN DE LA AMAZONIA

 loS nómadaS amazóniCoS y Su HiStoria Santiago Mora1 p rimero hablaré de las hipótesis de poblamiento del continente. Espero generar un marco de referencia para contextualizar los tempranos cazadores-recolectores amazónicos. Un segundo paso será hablar sobre los cazadores-recolectores en Suramérica. Existen serios problemas, tanto teóricos como metodológicos, para entender el poblamiento de Suramérica si asumimos que está conectado con el poblamiento de Norteamérica. Los datos muestran incongruencias que son difíciles de explicar a la luz de los conocimientos que tenemos en el momento y con los marcos de referencia que usamos. Finalmente, voy a hablar sobre las hipótesis que intentan explicar el registro arqueológico de los cazadores y recolectores en la Amazonia; contamos con una serie de hipótesis sobre cómo estos cazadores-recolectores desarrollaron su existencia en esta región. Por último hablaré de los cazadores y recolectores de Peña Roja; este es un ejemplo arqueológico. Mi idea es vincular estas secciones moviéndome de lo general a lo particular. Para cerrar, presentaré unas conclusiones generales. los primeros habitantes americanos: hipótesis de poblamiento y algunos datos Como ustedes bien saben, las teorías que desarrollamos asumen que los primeros grupos humanos entraron al continente desplazándose por 1 Profesor del departamento de Antropología de St. Thomas University en Canadá. Antropólogo de la Universidad de los Andes, magíster de la Universidad de Florida, Gainesville, y doctor de la Universidad de Calgary. Especialista en arqueología. mora@stu.ca 42 | cátedra jorge eliécer gaitán | santiago mora un sector que hoy es parte de Alaska. Esto ocurrió en un tiempo ubicado entre doce mil y catorce mil años en el pasado, durante un periodo caracterizado por una fuerte glaciación la cual causó un congelamiento de las aguas y por tanto una merma en los niveles del mar. De este modo se generó una nueva geografía que posibilitó el tránsito entre Asia y América. Estos mismos cambios contribuyeron a la formación de un corredor que va paralelo a las montañas Rocosas en Estados Unidos y Canadá. Fue esta la oportunidad perfecta, teóricamente, para acceder al nuevo mundo. En teoría, hubo grupos de cazadores-recolectores, que eran cazadores especializados, que entrarían al continente persiguiendo grandes animales como mastodontes y megafauna en general. Una segunda hipótesis se basa en la idea de un desplazamiento costero. Supone que estos primeros ocupantes no tuvieron que entrar por el corredor paralelo a las Rocosas, sino que se desplazaron a lo largo de la costa. Esta hipótesis tiene un buen número de problemas, particularmente de carácter empírico. En efecto, dadas las condiciones actuales de los niveles del mar, la mayoría de los asentamientos arqueológicos correspondientes a esta ocupación estarían ubicados bajo el agua. Por ello resulta difícil comprobar su existencia. La aproximación empleada para “imaginar” el tipo de adaptación desarrollada, así como estos movimientos, se basa en el estudio de los grupos Inuit. El estudio de cómo los esquimales en Canadá y Estados Unidos se adaptan, y particularmente el análisis de la cacería de ballenas y borugas, es uno de los elementos fundamentales para entender esta posibilidad. En realidad, no contamos con datos arqueológicos empíricos muy sólidos para soportar esta hipótesis. Una tercera posibilidad para explicar el poblamiento de América se encuentra en el posible movimiento de grupos de cazadores y recolectores desde Europa. Las bases para edificar esta hipótesis se encuentran en el estudio comparativo de los materiales líticos de Norteamérica con algunos de los materiales líticos del centro de Europa, especialmente de las regiones del sur de Francia y norte de España. Al realizar estas comparaciones existen evidentes semejanzas en la técnica y producción de los artefactos líticos. Adicionalmente, tenemos datos genéticos que sugieren que hay conexiones entre poblaciones europeas y poblaciones del Nuevo Mundo, particularmente en Norteamérica. A pesar de ello, es extremadamente difícil explicar cómo se realizaron estas migraciones; si nos resulta difícil explicar los movimientos humanos durante la glaciación entre Alaska y Canadá, tenemos aún más problemas para ver estos migrantes llegando desde .
Europa. Se ha sugerido que pequeños grupos de cazadores, probablemente de ballenas, se pierden en el océano o empiezan a moverse entre bloques de hielo en diferentes sectores hasta alcanzar el Nuevo Mundo. De una u otra forma, estamos hablando de cerca de cinco mil o siete mil kilómetros, en algunos sectores, distancias que no son fáciles de transitar. Los datos arqueológicos que tenemos para Norteamérica sugieren que solo cerca de trece mil años antes del presente aparecen los humanos en el continente por primera vez. Esto crea otros problemas y limitaciones. Un problema adicional para entender la adaptación de estos grupos humanos es que, hace cerca de doce mil o trece mil años, es notoria una extinción drástica de animales en todo el continente; en la sección correspondiente a Norteamérica, la extinción de los mismos se asociaba a la aparición de los humanos. Obviamente los inmigrantes que entran al Nuevo Mundo encuentran especies animales que no han tenido contacto previo con los humanos, son un poco cándidas en su comportamiento en relación con los humanos y estos son cazadores eficientes, prestos a aprovechar esta gran ventaja. Es posible, entonces, que ello produjera una baja en la población de estas especies y posteriormente su extinción. Es importante tener en cuenta que en este momento también hay un cambio climático. Esto implica que hay variaciones en las condiciones ecológicas y por tanto dificultades para que estos animales puedan sobrevivir. Los proyectiles Clovis, característicos de los líticos tempranos de Norteamérica, constituyen un trabajo sumamente complejo en términos de su tecnología. Los retoques laterales y sus dimensiones contribuyen a hacerlos un instrumento ideal para matar un animal del tamaño de un elefante. La idea de cualquier grupo de cazadores es aislar la presa. Ustedes todos han visto en televisión que el propósito de un grupo de lobos o un grupo de cazadores prehistóricos es seleccionar una presa −uno de los miembros del grupo, posiblemente el más débil− y tratar de apartarla de la manada moviéndola hacia un sector donde no pueda escapar; una vez arrinconado, el animal debe ser derribado, cuando cae no tiene ninguna posibilidad de escapar. Instrumentos como los proyectiles Clovis permitirían, una vez seleccionado el animal, producir un sangrado consistente, lo cual implicaría que el animal se debilitara rápidamente. Posteriormente se podrían cortar los tendones de la parte posterior de la rodilla, si estamos hablando de un mastodonte, para derribarlo. Obviamente matar un animal de estos es una tarea muy exigente para un grupo de humanos, que implica la cooperación y la coordinación en la organización de las actividades. Una cosa curiosa 44 | cátedra jorge eliécer gaitán | santiago mora con estos instrumentos es que, a pesar de que se han encontrado en toda Norteamérica −su distribución llega hasta el sector de Panamá−, son pocas las asociaciones que se tienen con restos de mastodonte. Solo hay tres casos en que son claras e incontrovertibles las evidencias del uso de estos artefactos en la cacería de mastodontes. Posiblemente por ello las nuevas teorías están hablando más de un uso ritual de estos artefactos y una producción que tiene que ver con la representación de ellos mismos como cazadores. De forma humorística, uno de los especialistas estadounidenses en material lítico sugiere que probablemente los humanos mataron uno o dos de estos mastodontes, pero fue tan importante que hace dos mil años estamos hablando todavía del mismo tema: “¿recuerda el día que matamos el mastodonte?” Esa sería la tradición oral que estamos pasando nosotros, los arqueólogos. Un segundo tipo de proyectiles, que obviamente están conectados o derivados estilísticamente de Clovis, son los Folson. Explicar el uso de estos artefactos nos confronta con problemas semejantes a los anteriormente mencionados: pocas asociaciones con animales grandes; el tamaño de estos proyectiles implica que fueron empleados para cazar grandes animales. Se requiere de un instrumento grande para derribar un animal grande; eventualmente servirían para matar un caballo; con animales pequeños no tendrían función alguna. Otro problema son las ocupaciones tempranas de Suramérica. En Norteamérica existe un límite cronológico claro, trece mil años antes del presente, con una tecnología muy bien definida, caracterizada por estas puntas de proyectil gigantescas y tres hipótesis de posibles rutas que explican el poblamiento. En Suramérica las cosas son bien diferentes. La distribución de los sitios y los datos que de ellos tenemos presentan un panorama un poco más confuso y contradictorio con la información que tenemos para Norteamérica.

                    de los primeros habitantes amazónicos. 
                                            Hipótesis

 En esta sección se estudiarán las ocupaciones amazónicas. Voy a mostrar cómo se producen los datos, cómo se crean las hipótesis y cómo nos aproximamos a los problemas a partir del material empírico. Para ello tenemos que partir del espacio geográfico. Al observar un mapa de las formas vegetales de Suramérica, el bosque amazónico tendría una distribución más amplia de la que en realidad presenta hoy en día; la selva cubriría la zona chocoana colombiana, Urabá y una parte de Panamá. Tenemos dos hipótesis predominantes en el estudio de los primeros grupos de nómadas en la selva amazónica.




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